A través de la cadena ABC News, se desarrolló el primer debate presidencial entre Donald Trump y Kamala Harris. Numerosos medios coinciden en que Harris logró arrinconar a su oponente y dejarlo en una posición defensiva. Los bloques tratados fueron economía, la guerra de Ucrania, la migración y los derechos reproductivos. El debate no estuvo exento de golpes bajos ejercidos por ambos candidatos, como cuando Harris invitó a los votantes a ir a los mítines republicanos que calificó como aburridos, y en los cuales la gente se retiraba temprano. Frente a esto, Trump aseguró que las personas que iban a los encuentros demócratas eran pagadas y llevadas en buses.
El eje económico fue más difícil para Harris ya que la inflación es un tema de agenda que preocupa e impacta a los estadounidenses; no obstante, la estrategia de la candidata fue ofrecer una “economía de oportunidades” frente a la economía propuesta por Trump que se limita a quitarle impuestos a los ricos.
Con respecto al conflicto en Ucrania, Trump insistió en que, de haber sido él el presidente, Vladímir Putin nunca hubiera invadido al país vecino y ratificó que luego de ser elegido para el cargo presidencial acabaría con el conflicto, inclusive antes de asumir el mandato. Por su parte, Harris reafirmó el apoyo a Ucrania en la guerra y las políticas de ayuda brindadas por Washington. “Gracias a nuestro apoyo, gracias a la defensa aérea, las municiones, la artillería, las Javelins, los tanques Abrams que hemos proporcionado, Ucrania es un país independiente y libre”, expresó la candidata.
Acerca de la crisis en Medio Oriente no hubo argumentos novedosos: Harris reiteró su postura sobre el derecho de Israel a defenderse en simultáneo con el lamento por la muerte de niños y madres palestinos. Trump, en cambio, evitó la pregunta del moderador acerca de cómo haría las negociaciones con Benjamín Netanyahu y acusó a Harris de odiar a los árabes y a Israel.
Un eje insoslayable fue la ausencia de declaraciones sobre la política exterior vinculada a China. Posiblemente se debe a que es un tema en cual existe un consenso bipartidista: limitar el acceso de tecnología producida por EE UU o por sus aliados al gigante asiático tanto para fines civiles como militares. De todas formas, las propuestas de los candidatos contienen algunas diferencias: Trump sostiene que con el aumento de los aranceles los precios internos no aumentarán, mientras que Harris pide centrar la inversión en “tecnología estadounidense para ganar la carrera en inteligencia artificial y computación cuántica”.
La migración ilegal es un tema fundamental para la estrategia republicana con el objetivo de convocar a los estadounidenses que perciben en los inmigrantes el origen de su malestar económico y social. Trump acusó a la administración Biden-Harris de “destruir el país” con sus políticas migratorias y calificó a los extranjeros como “enfermos mentales” y “criminales”. En este bloque, frente a la pregunta de los moderadores de por qué el gobierno había esperado seis meses antes de las elecciones para aplicar las restricciones de asilo, la candidata demócrata dijo que el Congreso de Estados Unidos, sobre todo los miembros más conservadores, promovieron una ley que ella apoyó y que hubiera colocado 1500 agentes en la frontera y podido parar el flujo del fentanilo. Sin embargo, Harris apuntó contra Trump y lo acusó de hablar con los congresistas para no avanzar en el tratamiento de la ley.
Un indicio de que los republicanos no quedaron conformes con el resultado del debate es su posterior queja acerca de la cantidad de interrupciones y correcciones que recibió Trump. Las que resaltaron fueron dos: cuando el expresidente afirmó que migrantes estaban alimentándose de las mascotas en Springfield, Ohio, y cuando aseveró que se podría abortar un niño después de nacido. En ambos casos, el equipo de la producción del canal desmintió al ex primer mandatario.
Luego del debate, la famosa cantante Taylor Swift hizo público su apoyo a Kamala Harris y convocó a sus seguidores a registrarse para votar. Lo que parece un movimiento elaborado para generar un impacto electoral en los sectores jóvenes de la sociedad estadounidense. Si bien no se puede cuantificar cuál será el impacto real ante el descreimiento de la población joven en las instituciones, las figuras influyentes e idolatradas son relevantes en las contiendas electorales contemporáneas.