Entre nuevos ataques, atentados y operativos militares, el gobierno delineó una estrategia jurídica y política para dar un nuevo paso en la Paz Total de Colombia. Luego de varias reuniones de altos mandos, se finalizó un documento que reconfigurará las mesas de diálogo con grupos armados. Hasta el momento se conoce la creación de “zonas de ubicación temporal” con cada organización a fin de lograr el desarme y la suspensión de órdenes de captura. En simultáneo, se conocieron los primeros delegados para la negociación con sectores del Clan del Golfo (Galanistas) y Autodefensas de la Sierra Nevada (ASN), sumándose a las mesas que se sostienen con las ex Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC).

En contracara a estos avances en el alto a la violencia, el Valle de Cauca continuó siendo un foco de conflicto y esta semana ha vuelto a vivir las consecuencias de un enfrentamiento entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidencias de las FARC que culminó con la vida de al menos 12 personas. Por otro lado, el avance de grupos del llamado Clan de Golfo siguen generando alerta en Quibdó, donde alcaldes denuncian que hay organizaciones que siguen delinquiendo mientras están en la mesa de diálogo. En sintonía, desde la Defensoría del Pueblo denuncian una relación de atentados en Bogotá, los cuales se cobraron dos muertes, con un enfrentamiento entre el Clan del Golfo y el Tren de Aragua, grupo relacionado al narcotráfico en la frontera con Venezuela. Mostrando un gran protagonismo en los conflictos de las últimas semanas, el Clan del Golfo oscila entre muertes y negociaciones, lo que llevó a que reciban el lunes un gran golpe de parte del Ejército Colombiano en Aracataca y Magdalena, con la posterior detención de un jefe del clan luego del entierro de su hermano.