En el convulso panorama político de Venezuela, la agenda semanal sigue centrada en el caso de Edmundo González y su salida del país, mientras aumentan las tensiones diplomáticas con varios países de la región. La Fiscalía General condecoró a un funcionario clave en este caso, un gesto que busca legitimar el proceso judicial y mostrar fortaleza ante las críticas internas y externas. Por su cuenta, González ha recibido un respaldo significativo de figuras políticas internacionales, incluido el Senado colombiano y líderes conservadores en España. Desde Venezuela, María Corina Machado subrayó la importancia de este apoyo internacional, centrándose en las declaraciones de Estados Unidos y Argentina, donde avanza el reconocimiento del pedido de captura de Maduro. En respuesta a las críticas que provienen de líderes de países como Chile y Paraguay, el vicecanciller venezolano, Rander Peña, ha tildado estas declaraciones de injerencia, defendiendo la soberanía de Venezuela en el contexto de su proceso electoral. Este rechazo refleja la estrategia del gobierno de consolidar apoyo interno en medio de la creciente presión internacional. En la Asamblea General de la ONU, se han denunciado las sanciones de Estados Unidos como una persecución económica, ampliando una narrativa de resistencia ante el incremento de presiones internacionales. Simultáneamente, el enviado especial de Estados Unidos, Brian Nichols, anunció la imposición de nuevas sanciones, intensificando un clima de tensión que ya era palpable. En este contexto, naciones como Portugal y la República Dominicana han instado a un proceso electoral transparente en Venezuela, destacando la necesidad de la publicación de actas electorales. Este clamor por la transparencia está en el centro de la discusión internacional sobre la legitimidad del gobierno de Nicolás Maduro.
Las relaciones de Venezuela con otros países, particularmente con Rusia, se han reforzado, buscando apoyo en foros internacionales como la ONU. Sin embargo, esta búsqueda de aliados contrasta con la reticencia de líderes europeos, como Pedro Sánchez, quien ha declarado que no reconocerá a González como mandatario electo para no fracturar la unidad europea. Asimismo, Lula da Silva y Emmanuel Macron han abordado la crisis venezolana en sus encuentros, lo que abre un posible vuelco en los pasos de Brasil para abordar el conflicto.
