Fernando Martínez Mottola, uno de los seis opositores venezolanos que permanecían asilados en la embajada de Argentina en Caracas desde 2019, abandonó voluntariamente la sede diplomática para entregarse a las autoridades venezolanas el pasado 19 de diciembre. Según informó el Ministerio Público venezolano, Martínez Mottola se presentó en su sede principal en Caracas para someterse al proceso judicial. Su decisión representa un giro importante en la situación de los asilados.
La salida de Martínez Mottola coincide con la confirmación por parte de Diosdado Cabello, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), de la detención de Nahuel Gallo, un suboficial de la Gendarmería Nacional Argentina. Gallo fue detenido por las autoridades venezolanas en circunstancias que han generado controversia. Cabello aseguró que Gallo fue detenido por actividades sospechosas, insinuando espionaje. La madre de Nahuel Gallo rechazó categóricamente las acusaciones, afirmando que su hijo “no es un espía” y que su presencia en Venezuela obedecía a razones profesionales dentro del marco de sus funciones como gendarme.
Además, en declaraciones recientes, Cabello tildó de “fascista” a Patricia Bullrich, ministra de Seguridad de Argentina, acusándola de estar involucrada en el caso y calificó la presencia del gendarme como una provocación. La vicepresidenta de Argentina, Victoria Villarruel, negó haber autorizado la misión de Gallo en Venezuela, insinuando que pudo haber actuado por cuenta propia. El gobierno de Brasil intervino en el caso, instando a Venezuela a buscar una solución diplomática que respete los derechos de Gallo y evite una escalada en las tensiones bilaterales. Brasil ha ofrecido mediar para garantizar que se esclarezcan las circunstancias de la detención del suboficial y se respeten los acuerdos internacionales vigentes.
El caso ha despertado un debate sobre el papel de las embajadas como refugios diplomáticos y el trato a ciudadanos extranjeros bajo sospecha en territorios ajenos. También ha puesto de relieve las frágiles relaciones entre los países sudamericanos. El futuro de los restantes asilados en la embajada argentina y las acciones judiciales contra Martínez Mottola podrían influir en la evolución de la relación bilateral.