Las recientes declaraciones del presidente colombiano, Gustavo Petro, tuvieron repercusión internacional, particularmente sus críticas a las políticas migratorias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Durante una visita oficial a Haití, Petro señaló que las medidas restrictivas contra migrantes implementadas por Trump, incluyendo su rechazo a diversas comunidades latinoamericanas como haitianos, venezolanos y colombianos, reflejan un enfoque que, según el mandatario, podría aislar a Estados Unidos de sus socios en la región. “Dejémoslos un rato solos, a ver cómo les va”, dijo el mandatario de Colombia. “Yo creo que somos nosotros los que nos vamos a ayudar entre nosotros y que quienes nos echan se van a quedar solos, y entre más solos más pobres, más decadentes”. Estas declaraciones responden al endurecimiento de las políticas migratorias de la administración de Trump, que permiten que entidades como el FBI y la DEA investiguen y arresten a migrantes indocumentados, además de sugerir posibles recortes de fondos federales a estados que no colaboren en su entrega.
Las palabras de Petro han abierto el debate sobre las implicaciones que estas tensiones podrían tener en las relaciones bilaterales entre Colombia y Estados Unidos. Expertos han señalado que las críticas del mandatario colombiano podrían afectar áreas clave como la cooperación en la lucha contra el narcotráfico, la asistencia financiera y las relaciones comerciales. Al mismo tiempo, Petro parece apostar por un fortalecimiento de las alianzas regionales entre países latinoamericanos, buscando contrarrestar el peso de las políticas estadounidenses en la región.