Luego de dos meses sin comunicación, el jueves Joe Biden y Benjamín Netanyahu tuvieron una reunión telefónica –también participó la vicepresidenta y candidata, Kamala Harris– de la cual se sabe poco. En un entorno de tensión entre ambas naciones, los líderes habrían acordado la protección de los civiles en la región y la necesidad de desescalar el conflicto a fin de evitar la expansión de la guerra en Medio Oriente. No obstante, el martes Israel desplegó una cuarta división de tropas en Líbano, expandiendo su frente con Hezbolá y elevando el probable número total de sus soldados en el país a más de 15 mil.
Según funcionarios de seguridad nacional estadounidenses, Irán –tras el aluvión de misiles– no está buscando un conflicto bélico más amplio. En contraste, Israel, a través del ministro de Defensa Yoav Gallant, expresó que “nuestro ataque será mortal, preciso, y sobre todo, sorprendente. No entenderán (los iraníes) lo que pasó y cómo pasó”. Esta declaración confirma la conducta rebelde del gobierno de coalición de Netanyahu frente a la Casa Blanca; además, durante el intercambio entre el secretario de Defensa estadounidense Lloyd Austin y su homólogo israelí, el primero advirtió que Estados Unidos no quería que se ejecutara una represalia.
En el contexto de la campaña electoral estadounidense, Netanyahu ha evitado hacer comentarios sobre sus preferencias entre los candidatos. Sin embargo, recientemente, Biden expresó incertidumbre acerca de si el primer ministro israelí podría estar retrasando la firma de un alto al fuego con el objetivo de influir en los resultados de las elecciones presidenciales. Trump afirmó en reiteradas oportunidades que bajo su gobierno el país norteamericano ofició de “protector de Israel” y que él ha hecho más por el Estado y pueblo judío que cualquier otro presidente (el traslado de la embajada a Jerusalén, el reconocimiento de los Altos del Golán como territorio israelí y los Acuerdos de Abraham). Además, sostuvo que si no triunfa en noviembre, Israel podría sufrir una “aniquilación total” por parte de Irán y grupos afines, por lo tanto invita al país a “ponerse inteligente” y respaldarlo contundentemente.
Nota recomendada:
Mick Krever, “Netanyahu aprovecha la ola de euforia tras los asesinatos, mientras su fortuna política se transforma”, CNN, 11 de octubre de 2024.