La cumbre del G20 fue una nueva oportunidad para Brasil en su acercamiento con China. La relación comercial de los dos países dio un paso más con la firma de 37 nuevos acuerdos bilaterales. En un contexto internacional marcado por la transición hegemónica, con el gigante asiático como nueva potencia global para las próximas generaciones, Brasil tiene una posición estratégica que destraba el avance de las inversiones chinas con transferencia de tecnología.
No obstante, la relativa autonomía de la diplomacia brasileña, que permite al país mantener una baja tensión con Estados Unidos, se expresa en la decisión de Planalto de no ingresar todavía en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el megaproyecto comercial y político de China. Entretanto, los principales acuerdos firmados con China se encuadran en el impulso de Beijing para conformar una Comunidad de Destino Compartido por un Mundo más Justo y un Planeta más Sustentable. Además de cooperación financiera e incentivos a las industrias, se busca fortalecer un Fondo de Cooperación Brasil-China, avanzar en emprendimientos de infraestructura, desarrollo de cadenas productivas y transformación ecológica y tecnológica.