Las amenazas arancelarias de Washington han deteriorado las relaciones bilaterales entre Canadá y Estados Unidos desde el inicio del mandato de Donald Trump. La semana pasada se anunciaron los aranceles como un hecho, pero luego fueron suspendidos y pospuestos por 30 días, dando un margen de acción al gobierno canadiense. Esta forma de presión es parte de la estrategia de negociación de la administración de Trump.
La provincia de Ontario, colindante con Estados Unidos, había decidido también poner tarifas del 25% a productos estadounidenses, pero luego de la suspensión se dio marcha atrás a este plan de represalia. Lo mismo pasó respecto a un contrato con la empresa satelital de Elon Musk, Starlink: el primer ministro de Ontario, Doug Ford, dijo que su gobierno rompería este contrato de 100 millones de dólares canadienses (68 millones de dólares; 55.1 libras esterlinas). Sin embargo, Ontario suspendió sus medidas arancelarias.
Hasta ahora, las presiones cruzadas han culminado en la continuación del status quo comercial entre los países. Pero es probable que este no sea el final de las tensiones bilaterales; Canadá usará sus propios recursos para esquivar la aplicación de tarifas.