Esta semana, Perú vivió momentos cruciales en el ámbito político con la histórica sentencia de 20 años de prisión al expresidente Alejandro Toledo por corrupción en el caso Odebrecht. Toledo fue hallado culpable de aceptar sobornos para facilitar la construcción de la carretera Interoceánica, en una condena que destaca la lucha anticorrupción y marca un precedente importante para el país. Esta sentencia intenta mostrar estabilidad institucional y credibilidad en un sistema judicial y político con pocos niveles de aceptación.
Por otro lado, el 23 de octubre se llevó a cabo un paro nacional liderado por gremios de transportistas y organizaciones sociales, quienes demandan medidas urgentes frente al incremento de la criminalidad y la extorsión. La protesta, respaldada por mototaxistas en Lima que también denunciaron la inseguridad y el asesinato de colegas, pone de manifiesto el descontento social con la capacidad del gobierno para frenar estos delitos. La Policía Nacional realizó operativos especiales para minimizar el impacto en el transporte público, pero esto no atiende las exigencias de los gremios afectados.