El pasado miércoles 4 de diciembre, Cuba volvió a quedar a oscuras por un apagón de casi 24 horas. El sistema eléctrico nacional se restableció el jueves 5 de diciembre. Se trata del tercer apagón que afecta al país en apenas dos meses.
La desconexión se produjo luego de que la termoeléctrica Antonio Guiteras, una de las principales centrales eléctricas de la isla, sufriera una falla. El incidente se produjo en un contexto de gran precariedad en el sistema eléctrico: las demás termoeléctricas del país están en reparación y la distribución está paralizada por el déficit de combustible.
El país enfrenta una grave crisis energética desde hace meses. El pasado 18 de octubre Cuba vivió un apagón total pocas horas después de que el gobierno declarara una “emergencia energética” en televisión nacional. La isla se quedó sin electricidad durante varios días.
La segunda desconexión total se produjo tras el paso del huracán Rafael, que azotó la isla el pasado 6 de noviembre provocando graves daños a las redes eléctricas y a la infraestructura del occidente cubano. Según cifras oficiales, Rafael causó daños totales o parciales a más de 46 mil viviendas y destruyó 37 mil hectáreas de producción agrícola.
La precariedad infraestructural es parte de la crisis económica que Cuba atraviesa desde hace ya cuatro años. En 2020, el país registró una caída de 10.9 % en su PIB, seguido por un tímido crecimiento del 1.3% y del 1.8% en 2021 y 2022, respectivamente; durante el 2023 tuvo una recesión del 1.9%. Este año, el gobierno estima que hubo un nuevo retroceso en la economía nacional.
Ante esta grave situación, varios gobiernos, como los de Brasil, México, Venezuela, Japón y Rusia, manifestaron su compromiso de ayudar a Cuba. El gobierno venezolano ha hecho dos envíos por barco: uno con más de 300 toneladas de donaciones, el pasado 6 de noviembre, y un segundo esta semana con 200 toneladas de materiales de construcción y apoyo comunitario. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dijo que enviará alrededor de 400 mil barriles de crudo a la isla para mitigar la crisis energética. Por su parte, el gobierno brasileño donó un cargamento de diez toneladas de alimentos deshidratados a Cuba.