El presidente Daniel Noboa buscará la reelección para los comicios de 2025 y su vicepresidenta Verónica Abad,  según la ley electoral de Ecuador, debería asumir la presidencia cuando Noboa entre en campaña.

En el marco de la crisis política que atraviesa el país andino, la posible asunción de Abad a la presidencia plantea un desafío significativo para el actual gobierno y las opciones para evitar ese desenlace ya se han utilizado, sin, por el momento, ninguna efectividad. La única opción viable era la ausencia definitiva en el cargo, pero Abad no ha cedido a las presiones para renunciar o asumir otro rol en el gobierno.

Por otro lado, el respaldo político de Abad en la Asamblea Nacional se evidenció con el fracaso del pedido de enjuiciamiento político por parte de sectores cercanos a Noboa. Esto le otorga una fortaleza relativa en su cargo. Finalmente, la negativa del Procurador General a responder la consulta enviada por el Presidente y la oposición de la Asamblea a las medidas del Ejecutivo evidencian el escaso capital político del gobierno.