El jueves 6 de marzo, luego de una reunión entre el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y ministros, que también conversaron con representantes de sectores mayorista y minorista, el gobierno federal anunció seis medidas para reducir los precios de los alimentos. El anuncio fue hecho por el vicepresidente Geraldo Alckmin (PSB) en compañía de los ministros Carlos Fávaro (PSD), de Agricultura y Ganadería, Sidônio Palmeira, de la Secretaría de Comunicación Social, Rui Costa (PT), de la Casa Civil, y Paulo Teixeira (PT), de Desarrollo Agrario y Agricultura Familiar.
Se decidió eliminar aranceles de importación sobre carne, azúcar, maíz, galletas, pasta, harina, aceite de cocina y aceite de oliva. En cuanto a este último, se incrementó el cupo de importación de 65 mil toneladas a 150 mil toneladas. En el área fiscal habrá negociaciones con gobernadores para que se eliminen los impuestos a los alimentos básicos. También se anunció que el Plan Zafra 2025-2026 se centrará en estimular la producción alimentaria, especialmente de la agricultura familiar, y fortalecer la política de stock regulador. Se anunció además una alianza con el sector privado para dar a conocer los mejores precios, estimular la competencia y ayudar al consumidor.
Las medidas anunciadas por el gobierno para contener la inflación alimentaria pueden verse afectadas por problemas crónicos en la infraestructura logística y de transporte nacional. El año comenzó con señales de que habrá otra cosecha récord de soya, que ha ocupado la mayor parte de los camiones disponibles en el país, comprometiendo otras cosechas en curso. Este problema también se refleja en el incremento en los precios de los fletes, causado por los recientes ajustes al diésel.