El jueves 13 de marzo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió en el Salón Oval de la Casa Blanca con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, para abordar temas clave de la agenda internacional. Uno de los puntos centrales fue la insistencia de Trump en la anexión de Groenlandia al territorio estadounidense para preservar la seguridad nacional de Estados Unidos y la seguridad internacional en general. Aunque Rutte reconoció la importancia estratégica del Ártico, dijo que “en lo que respecta a Groenlandia, si se une a Estados Unidos o no, lo dejaré fuera de esta discusión porque no quiero arrastrar a la OTAN a eso”.
En cuanto a Europa, Trump reiteró su exigencia de que los países europeos incrementen su gasto en defensa al 5% del PIB. Rutte coincidió en la necesidad de fortalecer las capacidades defensivas europeas y destacó que, bajo el liderazgo de Trump, la OTAN se ha revitalizado, ya que más miembros de la alianza militar han aumentado sus inversiones en defensa. Rutte también señaló que la entrada de Ucrania a la OTAN no es una prioridad en este momento y abogó por normalizar las relaciones con Rusia en el futuro, siempre que se logre un alto el fuego sostenible en Ucrania.