El lunes 19, el secretario de Estado Antony Blinken visitó por novena vez Israel desde el comienzo de la guerra en Gaza. Mantuvo una reunión de tres horas con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en un mediático esfuerzo por destrabar las negociaciones entre Israel y Hamás para alcanzar una desescalada en el conflicto comenzado hace 10 meses. La candidata a presidenta Kamala Harris también hizo referencia al conflicto palestino-israelí, prometió que Israel siempre tendrá el apoyo estadounidense para defenderse pero reconoció que es importante un acuerdo inmediato para alcanzar el cese del fuego: «Con respecto a la guerra en Gaza: el presidente Biden y yo estamos trabajando las 24 horas del día. Porque ahora es el momento de conseguir un acuerdo de rehenes y un alto el fuego», dijo en su discurso en la última noche de la Convención Nacional Demócrata.
Blinken afirmó que “Israel acepta la propuesta de transición” que había sido planteada por Estados Unidos la semana pasada en negociaciones en Doha, capital de Catar. Los posibles acuerdos, aprobados por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, implican el cese del fuego y la liberación de rehenes. Por su parte, líderes de la organización palestina aseguraron que los principales acuerdos siguen sin resolverse y que la impronta declarativa de Israel en nada se asemeja al accionar bélico en Gaza que fue endurecido en las últimas semanas por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). De todas formas, una comitiva de Hamás está viajando este sábado a El Cairo para reunirse con los mediadores y conocer los resultados de los encuentros anteriores, adelantaron que están dispuestos a avanzar con la propuesta de junio (desescalada en tres fases). «La delegación se reunirá con altos funcionarios de inteligencia egipcios para ser informado sobre los acontecimientos en la ronda en curso de conversaciones de alto el fuego en Gaza… pero esto no significa que vaya a participar en las negociaciones», dijo un funcionario de Hamás.
En línea con el sinfín de denuncias internacionales sobre la inhumana situación en la Franja, el secretario general de la Norwegian Refugee Council, realizó un hilo de tuits abordándola: “Israel y sus aliados occidentales prometen desde noviembre pasado que interrumpirán la hemorragia de vidas de civiles e incrementarán el acceso de ayuda humanitaria; sin embargo, todo está peor desde entonces”.
Es probable que la pronunciación de este tipo de acuerdos que no conducen a ninguna resolución efectiva, estén en verdad procurando atenuar o dilatar la tensión con Irán para evitar una guerra extendida y mitigar las presiones internacionales sobre el conflicto humanitario provocado por Israel en Gaza.