Del martes al jueves, miles de trabajadores portuarios en los principales puertos de la Costa Este y del Golfo realizaron una huelga exigiendo alza de salarios y mayor seguridad laboral. El paro afectó a 14 puertos en los que laboran unos 25 mil trabajadores e impactó en la logística comercial de la mitad de las mercancías enviadas en contenedores desde y hacia Estados Unidos. Es la primera huelga de estas características desde 1977.
La disputa enfrentó al sindicato representado por la Asociación Internacional de Estibadores (ILA) con la Alianza Marítima de los Estados Unidos (USMX), un grupo de la industria naviera que representa a los operadores de terminales y transportistas marítimos. La ILA exigió aumentos salariales y la prohibición total del uso de grúas, puertas y camiones para contenedores automatizados para la carga y descarga de mercancías.
La huelga se produjo luego de que altos funcionarios de la administración de Joe Biden se reunieran el viernes con miembros de la USMX, instándolos a una negociación justa con los trabajadores antes de la expiración del contrato, la medianoche del 30 de septiembre. No obstante, el presidente Biden dijo que no intervendría en la disputa laboral, la cual debe resolverse mediante negociación colectiva.
Finalmente, en una declaración conjunta, la ILA y la USMX afirmaron que “han llegado a un acuerdo tentativo sobre los salarios y han acordado extender el Contrato Maestro hasta el 15 de enero de 2025 para volver a la mesa de negociaciones y trabajar todos los demás asuntos pendientes. Con efecto inmediato, cesarán todas las acciones laborales actuales y se reanudará todo el trabajo cubierto por el Contrato Maestro”.