El gobierno del presidente Luis Arce enfrenta una creciente presión: la crisis por escasez de combustible y las tensiones económicas han derivado en protestas y enfrentamientos con el sector privado. El Ejecutivo señaló al empresariado privado como responsable de la escasez de dólares y combustible por no ingresar divisas al país, lo que, según el gobierno, ha agravado la situación financiera. Mientras tanto, la oposición y sectores productivos exigen medidas urgentes para evitar una mayor crisis económica.
La carencia de combustible ha generado bloqueos y protestas del sector transportista, que reclama al gobierno por no garantizar el abastecimiento necesario para la movilidad y el desarrollo de las actividades económicas. Las largas filas en estaciones de servicio y el incremento de precios en el mercado negro han generado mayor descontento social. No obstante, el gobierno ha intentado minimizar el problema, asegurando que la situación se normalizará en los próximos días.
En este contexto, el Consejo Nacional de Empresarios Privados de Bolivia (CNEP) ha convocado a una cumbre público-privada para discutir cómo paliar la escasez de combustibles y analizar posibles soluciones estructurales a la crisis. Los empresarios han advertido que la falta de combustible afecta la producción, la distribución de bienes y el empleo, generando un escenario de incertidumbre económica.