En la primera vuelta de las elecciones municipales en Brasil, los candidatos apoyados por Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva se enfrentarán en una reñida segunda vuelta por la alcaldía de São Paulo. El actual alcalde, Ricardo Nunes, obtuvo el 29.48% de los votos, seguido de cerca por el izquierdista Guilherme Boulos, quien consiguió el 29.07%. Ambos lograron neutralizar al foráneo Pablo Marçal, un empresario y gurú de autoayuda que, no obstante, alcanzó un 28.14% de los votos. Esta contienda se considera crucial para medir el pulso político en un país marcado por la polarización desde las elecciones presidenciales de 2022.
La situación fue diferente en Río de Janeiro, donde el alcalde Eduardo Paes fue reelegido con un contundente 60% de la votación. Paes, quien recibió el apoyo de Lula, logró una victoria significativa sobre los candidatos bolsonaristas en su feudo. Su reelección es vista como un indicativo del debilitamiento del bolsonarismo en la región y refuerza la influencia del Partido de los Trabajadores (PT) en el ámbito municipal.
Los resultados de estas elecciones son interpretados como un termómetro para evaluar la relación de fuerzas entre Lula y Bolsonaro a mitad del mandato presidencial. Aunque ninguno de estos líderes ha tenido un papel protagónico en la campaña, sus apoyos han sido determinantes para sus respectivos candidatos. La segunda vuelta se llevará a cabo el 27 de octubre y se anticipa que será una batalla intensa entre las fuerzas políticas tradicionales y los actores emergentes.
El panorama electoral también revela la situación del PT, que no logró ganar ninguna capital en la primera vuelta y solo disputará cuatro en la segunda. Esto refleja un cambio estratégico del partido, que ha optado por apoyar a candidatos de otras formaciones en lugar de presentar sus propios postulantes. Mientras tanto, Bolsonaro sigue siendo una figura influyente, a pesar de su inhabilitación para postularse, y su partido ha logrado mantener una presencia significativa en varias capitales del país.
