Como es costumbre cada año, las organizaciones sociales volvieron a marchar desde la iglesia de San Cayetano hasta la Plaza de Mayo: un recorrido que atraviesa de punta a punta la Ciudad de Buenos Aires. Hubo una bendición de herramientas de trabajo y un pedido de «visibilizar la grave situación» del país.
A diferencia de otras movilizaciones, se sumaron con fuerza la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Central de Trabajadores de Argentina (CTA). La robusta unidad fue posible en el marco de las políticas de ataque a los derechos laborales que viene llevando adelante la gestión de Javier Milei.
El discurso final del acto estuvo a cargo del secretario general de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), Alejandro Peluca Gramajo, quien remarcó que la gestión libertaria “empuja al exterminio social y libró una guerra al bolsillo del pueblo trabajador”.