El arzobispo de Lima respaldó la decisión del Vaticano de sancionar al cardenal Juan Luis Cipriani, líder del Opus Dei en Perú, tras acusaciones de abuso sexual en su contra. El Vaticano confirmó recientemente que mantiene vigentes las sanciones disciplinarias impuestas en 2019 al cardenal peruano Juan Luis Cipriani Thorne, exarzobispo de Lima y primer cardenal del Opus Dei. Estas medidas incluyen restricciones en su actividad pública, su lugar de residencia y el uso de insignias eclesiásticas.
La denuncia en su contra fue presentada en 2018 por una víctima que alegó haber sufrido abuso en 1983 durante una confesión. El caso llegó al Papa Francisco, quien, tras investigar y considerar creíbles las acusaciones, aprobó la imposición de sanciones. El Papa Francisco desempeñó un papel clave en este proceso, aceptando la renuncia de Cipriani como arzobispo de Lima y respaldando las medidas disciplinarias en su contra como parte de su política de tolerancia cero hacia los abusos en la Iglesia.
Sin embargo, la reciente condecoración de Cipriani por el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, miembro del Opus Dei, generó controversia y críticas, ya que fue interpretada como un desafío a las disposiciones del Vaticano. Este gesto ha avivado el debate sobre la influencia de sectores conservadores en la política y la Iglesia peruana.
El arzobispo de Lima, Carlos Castillo, apoyó las sanciones y llamó a Cipriani y a otros acusados de abuso a abandonar “vanas justificaciones” y admitir la verdad. Este caso refleja la tensión entre sectores progresistas y conservadores dentro del catolicismo en el país y evidencia la determinación del Papa Francisco de enfrentar el abuso clerical con medidas concretas.