Reporte Político Semanal

Trump designa a “Terry” Cole como jefe de la DEA y fortalece su línea intervencionista clasificando a cárteles como “terroristas”

El 11 de febrero, Donald Trump nominó a Terrance “Terry” Cole como nuevo director de la Administración para el Control de Drogas (DEA). Con más de dos décadas de experiencia en misiones en Afganistán, Colombia y México, Cole es conocido por su enfoque de mano dura contra las redes del narcotráfico y por su alineación con políticas de intervención de las fuerzas armadas en cuestiones vinculadas al tráfico de drogas. Su designación refuerza el programa político de Trump bajo la premisa de que el problema del narcotráfico viene de  “más allá de las fronteras estadounidenses”.

El nombramiento de Cole, aún pendiente de ratificación por parte del Senado, podría intensificar las tensiones entre el gobierno de México y la DEA, especialmente debido a las acusaciones que ha hecho Cole sobre la supuesta complicidad entre autoridades mexicanas y grupos criminales. En una entrevista realizada en octubre de 2024, Cole afirmó: “estamos viendo a México convertirse en un campo de entrenamiento de terror, similar a lo que vimos en Medio Oriente hace años”. Ya en el año 2020 había declarado en el medio conservador Breitbart que “los cárteles de la droga mexicanos trabajan en estrecha colaboración con funcionarios corruptos del gobierno mexicano en los más altos niveles”. Sin embargo, estas acusaciones no se sustentan en ninguna base empírica

En simultáneo y bajo el mismo paradigma, la administración de Trump avanza en la designación de cárteles latinoamericanos como organizaciones terroristas. Entre los grupos incluidos en esta lista están varios cárteles mexicanos (el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación, la Familia Michoacana, el Cártel del Golfo, el Cártel del Noreste, los Cárteles Unidos) así como la organización criminal “Tren de Aragua” de Venezuela y la Mara Salvatrucha, fundada por migrantes salvadoreños en Estados Unidos.

Esta medida, que tiene como marco la orden ejecutiva del 20 de enero pasado, eleva el problema del narcotráfico a un asunto de seguridad nacional y permite el uso de herramientas militares contra estos grupos. Con ello se busca intensificar el seguimiento de las estructuras financieras de los cárteles y ampliar las operaciones de inteligencia bajo la supervisión del Pentágono.

La nominación de Cole y la designación de los cárteles como organizaciones terroristas tensa las relaciones entre Estados Unidos y América Latina. México, en particular, ha expresado su preocupación por posibles violaciones a su soberanía y por una potencial intervención militar estadounidense en su territorio.

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