Pocas horas después de su toma de posesión como presidente de Estados Unidos, el lunes 20 de enero, Donald Trump firmó una orden ejecutiva que reincorpora a Cuba a la lista de “Estados patrocinadores del terrorismo” elaborada unilateralmente por el Departamento de Estado del país norteamericano.
Injustificadamente, la medida anula la decisión ejecutiva del pasado 14 de enero, cuando, a menos de una semana terminar su mandato, el expresidente Joe Biden retiró de la lista a la isla caribeña, después de que el propio Departamento de Estado afirmara que “El gobierno [cubano] no había brindado ningún apoyo al terrorismo internacional”.
Poco después de conocerse la nueva orden ejecutiva de Trump, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel calificó la decisión como “un acto de arrogancia y desprecio por la verdad”, afirmando que se trata de una medida que busca fortalecer “la cruel guerra económica contra Cuba con fines de dominación”. “Este acto de burla y abuso confirma el descrédito de los listados y mecanismos unilaterales de coerción del Gobierno de Estados Unidos. Prevalecerá la legítima y noble causa de nuestro pueblo que una vez más vencerá”, aseguró el mandatario cubano.