Las escenas de violencia en distintos territorios de Ecuador, especialmente en la región costa, así como la proliferación de procesos por narco-delincuencia, son síntoma de una realidad subyacente: la captura criminal de la estructura estatal y la acumulación de capital por medio de actividades delictivas (tráfico, secuestro, sicariato, extorsión, etc.).
Este es el escenario general en el que se sostiene la agenda política y de gobierno del país. Tan es así que los distintos actores y funcionarios estatales se disputan el poder acusándose unos a otros de tener vínculos con las bandas criminales que controlan buena parte del territorio. Las denuncias impulsadas desde la Fiscalía General del Estado, con tono político, están en el centro de esta realidad. Al respecto, se publicó información sobre la selectividad de esta institución al momento de activar uno u otro proceso penal.
Por otro lado, el pasado viernes 30 de agosto concluyó el periodo para presentar alianzas nacionales para postular candidaturas a presidente/a, vicepresidente/a y asambleístas nacionales, de cara a las elecciones de febrero de 2025. A nivel nacional, solo Revolución Ciudadana presentó su alianza con el movimiento RETO, mostrando que los diálogos para consolidar una única alternativa de izquierda rindieron frutos más a nivel programático que electoral. Luisa González será la candidata correísta a la presidencia, desafiando el intento reeleccionista de Noboa y a otros 14 candidatos. Según los últimos sondeos, el presidente Daniel Noboa se posiciona primero en intención de voto con poco más del 30% de las preferencias, mientras que González alcanzaría un 25%, apuntando a un escenario de segunda vuelta. El discurso de mano dura promovido por el gobierno, así como la declaratoria del conflicto armado interno para combatir la narco-criminalidad, son los pilares que sostienen la imagen del gobierno entre buena parte de la ciudadanía.