En Montevideo, se llevó a cabo la VII Reunión de Diálogo entre el Mercosur y la República Popular China (RCP), un encuentro que refleja tanto la ambición como las tensiones dentro del bloque sudamericano. Uruguay, que ostenta la Presidencia Pro Tempore del MERCOSUR, encabezó esta reunión con la intención de avanzar hacia un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, un objetivo que no está exento de controversias entre los países miembros.
A la reunión asistieron delegados de los cuatro países fundadores del bloque regional: Leopoldo Shaores por Argentina, María Laura da Rocha de Brasil y Patricia Frutos de Paraguay, junto con la vicecanciller china Hua Chunying. Aunque todos los países comparten el interés en mejorar las relaciones comerciales con China, las diferencias sobre cómo proceder han generado fricciones internas.
Uruguay ha manifestado abiertamente su deseo de negociar un TLC de manera individual, ante la falta de avances significativos dentro del Mercosur hacia un bloque aduanero. Esta postura ha generado tensiones, especialmente con Argentina y Brasil, que prefieren un enfoque regional, alineado con los intereses estratégicos más amplios de sus economías. China, por su parte, ha mostrado preferencia por avanzar en un acuerdo regional, manteniendo un equilibrio en sus relaciones con los principales actores del bloque.
Durante la reunión, se logró un acuerdo para continuar las negociaciones de manera gradual, avanzando por capítulos en lugar de buscar un acuerdo integral de inmediato. Este enfoque, aceptado por China, fue bien recibido por Uruguay, que ve en esta estrategia una oportunidad para mantener abiertas las puertas a un TLC, sin renunciar a sus propias negociaciones.
Sin embargo, las tensiones persisten, con Uruguay reafirmando su derecho a buscar acuerdos bilaterales si el Mercosur no avanza lo suficiente. La situación deja claro que, aunque la cooperación es posible, las diferencias dentro del bloque siguen siendo un desafío significativo para cualquier acuerdo futuro.