Microsoft publicó la semana pasada un informe en el que advirtió que un grupo de hackers de la unidad de inteligencia del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán –Mint Sandstorm es el nombre que les asignó Microsoft– ingresó exitosamente a la cuenta de un ex asesor principal de una campaña presidencial. Desde esa cuenta, se habrían enviado correos electrónicos falsos (spear phishing) con el objetivo de entrar a las cuentas y bases de datos de la campaña. El FBI está avanzando en las investigaciones.

El candidato Donald Trump aseguró que el ciberataque del “gobierno iraní” les había ocurrido a ellos y culpó a la administración de Joe Biden de ser “débil e ineficaz”.  Irán no tardó en responder. Negó cualquier intención de interferir en las elecciones estadounidenses: “Las capacidades cibernéticas de Irán son defensivas y proporcionales a las amenazas que enfrenta. No tiene la intención ni los planes de lanzar ciberataques”.

Este viernes, en una línea similar, se sumó la empresa de inteligencia artificial OpenIA. Alertó que un grupo iraní había hecho uso del ChatGPT para generar contenidos y subirlos a sitios web y redes sociales con la finalidad de incrementar los niveles de polarización entre los votantes estadounidenses. No es la primera vez que la compañía denuncia estos supuestos usos: en mayo comunicó que grupos de Irán, Rusia, China e Israel utilizaban la plataforma para elaborar contenidos falsos (artículos y opiniones) en varios idiomas. Ese material de influencia, relacionado a las elecciones estadounidenses, habría aparecido en los sitios web que Microsoft denunció hace pocos días que eran utilizados por el grupo iraní para difundir noticias falsas.